Cuando el anticuerpo se combina con su antígeno específi co, se forman complejos inmunitarios. En condiciones normales, se elimina con rapidez, pero en ocasiones persisten y se depositan en los tejidos, dando origen a varios trastornos. En infecciones virales o microbianas persistentes, los complejos inmunitarios pueden depositarse en órganos (p. ej., riñones), ocasionando disfunción. En los trastornos autoinmunitarios, los antígenos “propios” pueden producir anticuerpos que se unen con antígenos orgánicos o quese depositan en órganos y tejidos en forma de complejos, en especial en las articulaciones (artritis), riñones (nefritis) y vasos sanguíneos(vasculitis). Por último, los antígenos ambientales como esporas de hongos y ciertos fármacos pueden causar la formación de complejos inmunitarios con la aparición de enfermedades.
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