jueves, 7 de enero de 2016

ANTICUERPOS

Los anticuerpos (inmunoglobulinas) son producidos por los linfocitos B. Cada individuo tiene una gran reserva de diferentes linfocitos B (casi 1011) con una vida de días o semanas y se encuentran en la médula ósea, ganglios linfáticos y tejido linfoide relacionado con el intestino (p. ej., amígdalas, apéndice cecal).
Los linfocitos B presentan moléculas de inmunoglobulina en su superfi cie (105/célula). Tales inmunoglobulinas sirven como receptores para antígenos específi cos, de forma que cada linfocito B pueda responder sólo a un antígeno o a un grupo de antígenos con relación estrecha. Todas las células B inmaduras portan inmunoglobulinas M en su superfi cie, y la mayor parte portan IgD; también tienen receptores de superfi cie para la porción Fc de las inmunoglobulinas y para varios componentes del complemento.
Un antígeno interactúa con un linfocito B que muestra “el mejor ajuste” en virtud de sus receptores de superficie para inmunoglobulinas. El antígeno se une a este receptor y el linfocito B es estimulado para dividirse y formar clonas (selección clonal). Tales linfocitos B selectos pronto se transforman en células plasmáticas y secretan anticuerpos. Cada persona puede producir casi 1011 diferentes moléculas de anticuerpos, de forma que hay un sitio fi jador de antígenos en los linfocitos B para casi cualquier determinante antigénico.

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